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Cada persona es diferente y todos tenemos una posición favorita para dormir. La postura que adoptamos al dormir es clave a la hora de elegir una almohada. Debemos tener en cuenta una serie de factores que vamos a detallar a continuación porque según como duermas necesitarás un tipo de almohada u otra. Un sueño de calidad es vital para una buena salud y una buena almohada es vital para un sueño de calidad.

En primer lugar, dependiendo de cómo sea tu postura a la hora de dormir deberás elegir un tipo de almohada u otra:

  • Boca abajo: a pesar de que no es una postura muy recomendable (el cuello no está en una posición natural, y dificulta la respiración) son muchas las personas que encuentran cómoda la postura de dormir boca abajo. Si es tu caso, una almohada baja y plana es tu mejor opción ya que brinda apoyo sin levantar demasiado la cabeza y el cuello. 
  • Boca arriba: Una almohada firme es la mejor para sostener la cabeza y el cuello mientras duermes. Los núcleos flexibles son el mejor material para este tipo de almohadas.
  • Posición fetal: Una almohada firme o extra firme es lo mejor para los que duermen de lado, ya que esta asegura que su columna esté apoyada adecuadamente a una altura constante. El látex y los núcleos flexibles son las mejores opciones para estas almohadas.
  • En continuo cambio: si alternas tu posición frecuentemente, una almohada suave o mediana es la mejor almohada para ti. Puede tener secciones más suaves y firmes, o una que esté más baja en el centro (para dormir boca abajo) y más alta en los lados (para dormir de lado).

En segundo lugar, el material con el que se fabrican también puede hacernos decantarnos por un tipo de almohada u otra, debemos tener en cuenta:

  • Núcleos flexibles: Se puede hacer a medida, mantiene su forma durante años y es hipoalergénica, por lo que es una gran opción si sufres de alergias o asma. Las almohadas de viscoelástica con memoria, hechas de poliuretano viscoelástico diseñado por la NASA, se amoldan a la forma de tu cuerpo y alivian la presión en las zonas sensibles, pero pueden dificultar los desplazamientos, por lo que pueden no ser la mejor opción para un durmiente inquieto. 
  • Látex: Se trata de un producto renovable y biodegradable hecho de la savia de un árbol de caucho. Las almohadas de látex son duraderas y tienen el beneficio adicional de ser hipoalergénicas. 
  • Carbono: el carbono es un material muy transpirable con el cual se evita malos olores y absorbe la humedad evitando la aparición de bacterias. Si eres una persona calurosa que en verano no consigue conciliar el sueño, las almohadas de carbono activo son ideales para ti. 
  • Fibra: Una almohada de fibra de buena calidad proporcionará comodidad y apoyo, pero como tienden a formar bultos rápidamente, tendrás que reemplazarlas con más frecuencia que algunos de los otros materiales. Se aplastan fácilmente hasta alcanzar una forma baja y cómoda, por lo que son una buena opción para los que duermen boca abajo.
  • Algodón y lana: Las almohadas de algodón y lana son suaves y pueden añadirse encima de una almohada firme si se necesita más apoyo. Ambas fibras son materiales transpirables.

Ahora ya sabes que a la hora de elegir una almohada debes tener en cuenta tu postura a la hora de dormir y el material de fabricación ya que la almohada es de vital importancia para un descanso completo y evitar problemas cervicales.